Erase una vez ... una Tierra Prometida

Erase una vez ... una Tierra Prometida

     Queridas y queridos,

     Otro nuevo proyecto inunda Tierras de Uva con todo su poderío, La Tierra Prometida.

     Relativamente nuevo para nosotros porque a sus protagonistas ya los conocemos desde hace tiempo, sobre todo a uno de ellos Antony Terryn.

    La historia es la siguiente , José Manuel era un ingeniero de montes, que en 2011 decidió regresar a la universidad para realizar el Máster de Enología en La Rioja y dedicarse al mundo del vino. Trabajó durante una vendimia en Dominio del Bendito, para después irse junto a su familia a Australia y California y rematar tres vendimias en un solo año. Tras un tiempo decidieron volver para retomar un antiguo viñedo familiar, en un pueblo del lejano oeste en Arribes del Duero y fundar El Hato y El Garabato junto a su mujer Liliana.

     Antony Terryn es un francés en el alma, aunque criado en África y siempre fuera de su país. Es sin duda un buscador de viñedos que tras trabajar en distintas bodegas en Borgoña, Ródano y Provenza, viajó a América y siguió formándose y buscando ese viñedo para elaborar su vino soñado. Y lo encontró en Toro donde en 2004 fundó Dominio del Bendito, hoy ya toda una leyenda, tras enamorarse de sus cepas en el pago La Jara, de solo vasos y mucho pie franco, sus suelos y su historia excepcional… Y allí nacieron varios vinos como, El Primer Paso, Las Sabias, El Titan del Bendito o el icónico Cuesta de las Musas.

    Y juntos hablaron de Arribes, de hacer algo diferente a lo puramente tradicional y esto José Manuel lo hace muy bien… Y otro día surgió la oportunidad de encontrar la finca, no cualquier finca… Y así Antony pudo cumplir sus ganas de elaborar vinos en suelos graníticos, que le quedaron desde que pasó parte de sus estudios en el sur de Borgoña. Y nació Tierra Prometida, un vino en el que ya hay una base muy bonita y seguro, se irá afinando con el tiempo.

    El objetivo de este proyecto es sacar lo mejor que tiene Arribes . Su clima, algo más templado que en la meseta y unos suelos fantásticos, muy aptos para elaborar vinos de gran calidad y carácter, apoyándose en uvas locales, con pequeñas aportaciones de uvas de otras zonas de producción como Portugal o Francia… Una uva que de verdad creen que tiene sentido darle su oportunidad, como la Syrah. Quieren aprovechar la tradición sin renunciar a aportar e innovar. Eso sí, dando prioridad en los assemblages a las uvas autóctonas o identificadas como tales. El caso de la Garnacha es complejo: hubo en la zona, pero muy poca. Aún así quizás por este hecho y su importancia histórica en España, se debe de considerar autóctona o por lo menos, no como forastera, que es el nombre que la gente del país usaría.

    Las Variedades que nos encontramos son las siguientes :

  • Bruñal : Creen en ella como una uva de gran calidad, de la cual no quieren extraer su lado más potente sino justo lo contrario; buscan su finura con una graduación razonable. Una uva extraordinaria en assemblage y así la trabajaran ( o al menos por el momento )
  • Garnacha : Les entusiasma. Antony trabajó en el Ródano y se enamoró de esta variedad: puede aportar finura extrema como un Pinot Noir en buenas condiciones y bien elaborado; y esto es lo que intentan. Misma idea, buscarle su máxima expresión pero con una graduación razonable.
  • Juan García : José Manuel es el experto en esta variedad única en Arribes, ya el nombre es curioso, y para Antony y Juan la clave está en trabajarla con pocos grados, uvas enteras y en maceraciones muy suaves.
  • Syrah : Es parte de la aportación extranjera de Antony; suele adaptarse bien en suelos graníticos, como en el Ródano norte. Y la altura que tienen en Arribes les debería permitir elaborar Syrah de una buena madurez sin llegar a mucha graduación.

    La zona que han elegido es un golpe de corazón mezclado con una profunda reflexión, llena de certezas y de muchas incógnitas: es su Tierra Prometida.

     Eligieron un lugar específico, las alturas del cañón, para tener maduraciones más lentas y tardías y aprovechar algo del fresco de la meseta, sin recibir toda su dureza en el verano. Llueve bastante más en el periodo vegetativo en Arribes que en Toro por ejemplo, y las temperaturas son altas pero algo menos también que en muchos puntos de la meseta. En la noche refresca bien, mucho más que en medio del cañón o en la parte baja que es “un horno”.

      Tal y como ellos bien dicen "  La experiencia acumulada, el trabajo y si el cielo nos acompaña, dará lugar a grandes vinos en Arribes "

     Es por eso que os haremos llegar dos botellas de La Tierra Prometida 2023, un vino parcelario de la Denominación de Origen Arribes. Elaborado a partir de una viña ubicada en la parte alta del cañón del Duero, a una altitud de 750 metros, que crece en unos suelos muy pobres de arenas graníticas con inclusiones de cuarzo. La viña está plantada con variedades locales, Bruñal, Juan García, Garnacha y Syrah. Buscan la expresión más pura de un terroir granítico que pretenden recoger y mostrar en su elaboración.
La vendimia es manual, en pequeñas cajas de 12 kilos y la realizan en dos pasadas,
adaptándose a la maduración de las diferentes variedades. Una elaboración basada en principios de mínima intervención, fermentaciones espontáneas y máximo respeto de la expresión de la viña, para lograr el equilibrio desde la mezcla de variedades, como se hacía en tiempos pasados.
Una crianza de once meses en barricas de roble francés usado, de 225 y 500 litros.

 

Disfrutad y sed felices !

Costo : 2 botellas de Tierra Prometida 2023 , 1790 pesos